(Fundada en 1919 y clausurada en 1933)
“Casa de la construcción"
Origen: Alemania
- Fundada por Walter Gropius (1883-1920)
Vorkurs: sistema implantado por la escuela basado en la abstracción.
- Es el curso básico
- Duración: 6 meses
Objetivos:
- Proporcionar al alumno una base estética y técnica imprescindible.
- Capacitar al alumno para afrontar un encargo sencillo de cualquier tipo.
Estrategias:
- Analizar objetos para conocer técnicas y procesos creativos.
- Experimentar con materiales.
- Implantar un nuevo vocabulario plástico basado en la abstracción.
- Es un sistema moderno que rompe con el academicismo. La Bauhaus propone un lenguaje atemporal, universal.
Periodos:
- Weimar: 1919-1924
- Dessau: 1925-1932
- Berlín: 1933
Autores:
- Whutemas de Moscú
- Friedrich Froebel (1782-1852)
- Wassily Kandinsky, primer pintor abstracto
- Heinrich Pestalozzi (1746-1827)
Autoras:
- Annie Albers (nació en 1899)
Su familia estaba relacionada en el mundo de la publicidad
En el año 1922 entra en la Bauhaus y es apoyada por Gunta Stölz. Más tarde en la misma escuela conocerá a su marido) En 1922 abandona Alemania y se marcha a EEUU.
- Marianne Brandt (1893 – 1983)
Del contato con Moholi Nagy va a nacer su interés por el metal. Se especializa en el metal y metalurgia. Tetera 1924, Cenicero 1924 y Colador de té; diseños basado en formas geométricas puras a las que se le ha eliminado cualquier decoración superflua o signo de historicismo – Prototipos de estilo Bauhaus. Estas piezas se siguen editando.
“Casa de la construcción"
Origen: Alemania
- Fundada por Walter Gropius (1883-1920)
Vorkurs: sistema implantado por la escuela basado en la abstracción.
- Es el curso básico
- Duración: 6 meses
Objetivos:
- Proporcionar al alumno una base estética y técnica imprescindible.
- Capacitar al alumno para afrontar un encargo sencillo de cualquier tipo.
Estrategias:
- Analizar objetos para conocer técnicas y procesos creativos.
- Experimentar con materiales.
- Implantar un nuevo vocabulario plástico basado en la abstracción.
- Es un sistema moderno que rompe con el academicismo. La Bauhaus propone un lenguaje atemporal, universal.
Periodos:
- Weimar: 1919-1924
- Dessau: 1925-1932
- Berlín: 1933
Autores:
- Whutemas de Moscú
- Friedrich Froebel (1782-1852)
- Wassily Kandinsky, primer pintor abstracto
- Heinrich Pestalozzi (1746-1827)
Autoras:
- Annie Albers (nació en 1899)
Su familia estaba relacionada en el mundo de la publicidad
En el año 1922 entra en la Bauhaus y es apoyada por Gunta Stölz. Más tarde en la misma escuela conocerá a su marido) En 1922 abandona Alemania y se marcha a EEUU.
- Marianne Brandt (1893 – 1983)
Del contato con Moholi Nagy va a nacer su interés por el metal. Se especializa en el metal y metalurgia. Tetera 1924, Cenicero 1924 y Colador de té; diseños basado en formas geométricas puras a las que se le ha eliminado cualquier decoración superflua o signo de historicismo – Prototipos de estilo Bauhaus. Estas piezas se siguen editando.
Walter Gropius
- Fue un diseñador y arquitecto urbanista alemán que está vinculado al Deutscher Werkbund desde 1912. Diseñó un coche cama para un vagón de los ferrocarriles.
- Director de la escuela desde 1919 hasta 1928. En 1928 le sustituye Meyer. Por la presión política abandona Alemania en 1933 y se va a Gran Bretaña y después a los Estados Unidos.
Bauhaus Dessau, 1926
Vivienda doble para profesores de la Bauhaus Dessau, 1926.
Colonia Siemensstadt. Berlín Alemania, 1919,1930.
Objetos de diseño
Sillón F51: Se sigue editando, nos recuerda al Neoplasticismo, evoca más a un proyecto teórico más que a otra cosa. Estructura de madera.
Silla D51,1922. Walter Gropius.
Mies van der Rohe
(Aquisgrán, Alemania, 1886 - Chicago, 1969) Arquitecto alemán. En 1900 empezó a trabajar en el taller de su padre, que era cantero, y en 1905 se trasladó a Berlín para colaborar en el estudio de Bruno Paul y, de 1908 a 1911, en el de P. Behrens, donde conoció a Walter Gropius y Le Corbusier, que son, junto con él mismo y el estadounidense Frank Lloyd Wright, los mayores arquitectos del siglo XX.
Inicialmente se orientó hacia la arquitectura neoclásica, pero un viaje a los Países Bajos en 1912 le llevó a cambiar sus intereses, a raíz del descubrimiento de la obra de H. P. Berlage. Tras el paréntesis de la Primera Guerra Mundial, se adhirió a diversos movimientos de vanguardia (Novembergruppe, De Stijl) y empezó a realizar proyectos revolucionarios, como el destinado a un edificio de oficinas de la Friedrichstrasse de Berlín, constituido por dos torres de veinte pisos unidas por un núcleo central para escaleras y ascensores.
Durante este período publicó la revista G, en colaboración con Hans Richter, y se relacionó con algunos de los artistas más avanzados del momento, como Tristán Tzara o El Lissitzki. A partir de 1926 llevó ya a cabo obras de cierta envergadura, como la casa Wold en Guben, toda de ladrillo, y la casa Hermann Lange en Krefeld. Por las mismas fechas levantó el monumento a Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg (destruido por los nazis), un simple muro de ladrillo con dos paneles en voladizo.
A raíz de estos y algunos otros proyectos, se convirtió en un arquitecto de prestigio y empezó a recibir encargos oficiales, el primero de ellos un complejo experimental de viviendas para la Exposición de Stuttgart de 1927, el Weissenhof Siedlung, para el que pidió ayuda a los principales arquitectos europeos.
La consagración de Mies van der Rohe se produjo en 1929, cuando realizó el pabellón de Alemania para la Exposición Internacional de Barcelona, considerado por muchos su obra maestra y una de las obras arquitectónicas más influyentes del siglo XX. Su enorme simplicidad y la continuidad de los espacios, que parecen no tener principio ni fin, son sus cualidades más admiradas.
En la misma línea realizó posteriormente algunas otras obras, caracterizadas siempre, como era connatural en él, por un uso avanzado de los nuevos materiales de construcción (cemento armado, acero y vidrio) y una gran simplicidad, que lleva a dejar las estructuras desnudas y a dotarlas de formas casi lineales en las que se cifra la creación de belleza.
Tras dirigir la Bauhaus de 1930 a 1933, la evolución de los acontecimientos en Alemania le obligó a emigrar a Estados Unidos, donde fue nombrado director de la facultad de arquitectura del Illinois Technology Institute de Chicago (1938), para el que proyectó un nuevo campus que, una vez finalizado, extendió su fama por todo Estados Unidos. En lo sucesivo le llovieron los encargos y trabajó fundamentalmente en la capital de Illinois, donde recogió y llevó a sus últimas consecuencias los postulados de la escuela de Chicago.
En 1958-1959 puso broche de oro a su carrera con el famosísimo Seagram Building de Nueva York, del que se dice que es el rascacielos más hermoso en vidrio ahumado y aluminio, y la Neue Nationalgalerie de Berlín (1962-1968), con un pesado techo de acero que se apoya en pocas y delgadas columnas, con lo que adquieren todo el protagonismo las paredes de vidrio. Con esta obra, Mies van der Rohe se mantuvo en la línea de oponer el horizontalismo de sus obras arquitectónicas europeas al verticalismo predominante en las estadounidenses.
Marcel Breuer
Arquitecto y diseñador húngaro, uno de los principales maestros del movimiento moderno. Nació en Pécs, Hungría, el 21 de mayo de 1902. Estudió en la Bauhaus de Weimar, Alemania, en la época en que Walter Gropius dirigía esta escuela de diseño y arte donde catalizaron las ideas estéticas más importantes del movimiento moderno. Breuer se hizo cargo más tarde del taller de muebles de la Bauhaus, y allí diseñó la primera silla de tubo de acero de la historia, que combinaba las condiciones flexibles de este material con su facilidad para la producción industrial a gran escala. En 1928 se estableció en Berlín para dedicarse también a la arquitectura, como muestra el proyecto para la casa Harnischmacher (Wiesbaden, 1932), una vivienda modular construida en hormigón con estructura de acero. Con la llegada del partido nazi al poder Breuer tuvo que exiliarse, primero en Inglaterra (1933) y más tarde en Estados Unidos (1937). Allí, junto con Gropius, impartió clases en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Harvard, además de continuar su carrera arquitectónica con proyectos como el de su propia casa en Lincoln, Massachusetts (1939), donde utilizó materiales autóctonos. En 1946 abrió un estudio en Nueva York, donde proyectó, junto con el italiano Pier Luigi Nervi y el francés Bernard Zehrfuss, el nuevo edificio de la UNESCO en París. Entre sus obras más destacadas se encuentran el edificio de viviendas De Bijenkorf en Rotterdam (1961); el Centro de Investigación de IBM en La Garde, Francia (1962); el Museo Whitney de Arte Americano (Nueva York, 1966); y la iglesia de St John's Abbey en Collegeville, Minnesota (1967). Sus edificios se caracterizan por el empleo de materiales naturales, como grandes bloques de piedra sin pulimentar, madera u hormigón rugoso.
Mujeres de la Bauhaus
Que el estudio de la Bauhaus resulta imprescindible para comprender el arte (y mucho más que el arte) de nuestro tiempo, es indudable. Por eso ha sido tratada con tanta frecuencia y detalle.
En muchos de estos trabajos se destaca uno de los valores fundamentales de la escuela: su carácter progresista y avanzado tanto desde el punto de vista formal como, sobre todo, ideológico.
Sin embargo, hasta fechas recientes no se ha investigado un aspecto tan trascendental en la vida de la Bauhaus como es el del papel de las mujeres. El libro de Ulrike Müller Mujeres de la Bauhaus y, más parcialmente, la exposición del Barbican titulada Art as Life, se han encargado de comenzar a ocuparse del asunto y a recuperar las figuras de unas creadoras realmente extraordinarias: Eileen Gray, Anni Albers, Gunta Stölzl, Marianne Brandt, Margaret Dambeck Ernst Göhl, Margaret Leischner, Ljuba Monastirsky, Gertrude Dirks, Lisbeth Oestreicher, Otti Berger, Lilly Reich, Benita Otte, Marguerite Friedlaender-Wildehain, Ilse Fehling, Alma Siedhoff-Buscher...
En su origen, la Bauhaus se planteó como una escuela en la que, entre otras cosas, se evitaría la marginación hacia las alumnas (eran muchos los centros de enseñanza artística de la época que prohibían el acceso de las mujeres y otros muchos imponían unas tasas de matrícula superiores a las de los alumnos). Walter Gropius, en su condición de fundador y primer director de la Bauhaus, escribió que en la escuela "no habría diferencias entre el bello sexo, y el sexo fuerte".
Lo que no esperaban los rectores de la Bauhaus es que al abrirse la matrícula, fueran más las alumnas que los alumnos matriculados. Ante tal situación, adoptan una postura que evidencia un machismo alejado de las intenciones iniciales: reservan los talleres de pintura, escultura y, posteriormente, arquitectura, para los hombres. Las mujeres fueron derivadas hacia otros talleres que se consideran más "apropiados" para ellas: muebles, juguetes y, sobre todo, tejidos. El propio Gropius justificó esta actitud afirmando que las mujeres estaban más preparadas para el diseño en dos dimensiones, mientras que el diseño más complejo y espacial era más propio de los hombres.
Incluso hubo planteamientos más contrarios a la presencia activa de la mujer en la Bauhaus. Johannes Itten, uno de los maestros de taller considerados habitualmente como más radicales y modernos en sus planteamientos formales e ideológicos, se negó a tener alumnas por no considerarlas suficientemente capacitadas para seguir sus enseñanzas.
Así las cosas, la presencia de la mujer en la Bauhaus quedó reducida a ciertos talleres, a su presencia en las famosas fiestas de la escuela y, lo que es peor, a adoptar un papel secundario frente a los hombres. Sólo una mujer llegó a ser maestra en la Bauhaus, Gunta Stölzl, mientras que muchas de las creaciones que hoy sabemos que fueron realizadas por mujeres, se han atribuido tradicionalmente a sus profesores o compañeros hombres.
A lo largo de las próximas semanas, en Artecreha iremos tratando las figuras individuales de algunas de estas creadoras como forma de conocer más y mejor no sólo lo que fue la Bauhaus sino, sobre todo, el arte del siglo XX.
Anni Albers
El matrimonio Albers había formado parte de la escuela de la Bauhaus. Tras el cierre de la escuela en 1933 por el hostigamiento del poder nazi, Josef Albers (Bottrop, Alemania 1888 – New Haven, EE.UU., 1976) es uno de los primeros profesores de la Bauhaus en emigrar a Estados Unidos. Conocido por sus escritos sobre las teorías del color, continúa su labor docente, inseparable de su actividad artística, en prestigiosas instituciones como el Black Mountain College en Carolina del Norte. Por su parte, Anni Albers (Berlín, 1899 – Connecticut, EE.UU., 1994) es una de las artistas textiles más importantes del siglo XX, tras formarse en el taller de tejidos de la Bauhaus, donde contaba con maestros como Paul Klee.
Esta exposición se adentra en un aspecto muy concreto de la producción de los Albers, con obras que narran su devoción por las culturas prehispánicas en Latinoamérica, así como la enorme influencia que los catorce viajes realizados a México, Cuba, Perú y Chile entre 1934 y 1967, ejercieron en la obra y la vida de la pareja.
Entre los trabajos de Anni Albers, destacan los estudios preparatorios y tapices realizados en los años centrales de su carrera, donde se aprecia la influencia textil del Perú y México prehispánico. En Perú la artista encuentra una de las más altas culturas textiles conocidas, donde los hilos se cuentan entre los primeros transmisores de significado. Al cabo de una vida diseñando tejidos y tejiendo a mano, Anni Albers empezó a ensayar el grabado en los años sesenta, así como la creación de joyas, inspirada en el tesoro de Monte Albán (Oaxaca). En la exposición está presentes además algunas acuarelas y gouaches, muy influenciadas por su maestro Klee.
Entre 1936 y 1946 la pintura de Josef Albers pasó por una serie de transformaciones. Rupturas y cambios de dirección coincidieron con sus estancias prolongadas en México. Es clara la influencia de la arquitectura mexicana en numerosos dibujos y pinturas realizadas a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta, mientras sigue investigando en el color. Con su cámara de 35 mm., Josef Albers realizó miles de fotografías en los sitios prehispánicos de México y el Perú, con las que componía después montajes fotográficos. Estos montajes le servirán de cuadernos de apuntes y como modelos de estructuras tridimensionales, volúmenes y esquemas y representan un paso crucial en su proceso de destilación de las formas arquitectónicas mexicanas en escuetos motivos geométricos.
- Fue un diseñador y arquitecto urbanista alemán que está vinculado al Deutscher Werkbund desde 1912. Diseñó un coche cama para un vagón de los ferrocarriles.
- Director de la escuela desde 1919 hasta 1928. En 1928 le sustituye Meyer. Por la presión política abandona Alemania en 1933 y se va a Gran Bretaña y después a los Estados Unidos.
Bauhaus Dessau, 1926
Vivienda doble para profesores de la Bauhaus Dessau, 1926.
Colonia Siemensstadt. Berlín Alemania, 1919,1930.
Objetos de diseño
Sillón F51: Se sigue editando, nos recuerda al Neoplasticismo, evoca más a un proyecto teórico más que a otra cosa. Estructura de madera.
Silla D51,1922. Walter Gropius.
Mies van der Rohe
(Aquisgrán, Alemania, 1886 - Chicago, 1969) Arquitecto alemán. En 1900 empezó a trabajar en el taller de su padre, que era cantero, y en 1905 se trasladó a Berlín para colaborar en el estudio de Bruno Paul y, de 1908 a 1911, en el de P. Behrens, donde conoció a Walter Gropius y Le Corbusier, que son, junto con él mismo y el estadounidense Frank Lloyd Wright, los mayores arquitectos del siglo XX.
Inicialmente se orientó hacia la arquitectura neoclásica, pero un viaje a los Países Bajos en 1912 le llevó a cambiar sus intereses, a raíz del descubrimiento de la obra de H. P. Berlage. Tras el paréntesis de la Primera Guerra Mundial, se adhirió a diversos movimientos de vanguardia (Novembergruppe, De Stijl) y empezó a realizar proyectos revolucionarios, como el destinado a un edificio de oficinas de la Friedrichstrasse de Berlín, constituido por dos torres de veinte pisos unidas por un núcleo central para escaleras y ascensores.
Durante este período publicó la revista G, en colaboración con Hans Richter, y se relacionó con algunos de los artistas más avanzados del momento, como Tristán Tzara o El Lissitzki. A partir de 1926 llevó ya a cabo obras de cierta envergadura, como la casa Wold en Guben, toda de ladrillo, y la casa Hermann Lange en Krefeld. Por las mismas fechas levantó el monumento a Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg (destruido por los nazis), un simple muro de ladrillo con dos paneles en voladizo.
A raíz de estos y algunos otros proyectos, se convirtió en un arquitecto de prestigio y empezó a recibir encargos oficiales, el primero de ellos un complejo experimental de viviendas para la Exposición de Stuttgart de 1927, el Weissenhof Siedlung, para el que pidió ayuda a los principales arquitectos europeos.
La consagración de Mies van der Rohe se produjo en 1929, cuando realizó el pabellón de Alemania para la Exposición Internacional de Barcelona, considerado por muchos su obra maestra y una de las obras arquitectónicas más influyentes del siglo XX. Su enorme simplicidad y la continuidad de los espacios, que parecen no tener principio ni fin, son sus cualidades más admiradas.
En la misma línea realizó posteriormente algunas otras obras, caracterizadas siempre, como era connatural en él, por un uso avanzado de los nuevos materiales de construcción (cemento armado, acero y vidrio) y una gran simplicidad, que lleva a dejar las estructuras desnudas y a dotarlas de formas casi lineales en las que se cifra la creación de belleza.
Tras dirigir la Bauhaus de 1930 a 1933, la evolución de los acontecimientos en Alemania le obligó a emigrar a Estados Unidos, donde fue nombrado director de la facultad de arquitectura del Illinois Technology Institute de Chicago (1938), para el que proyectó un nuevo campus que, una vez finalizado, extendió su fama por todo Estados Unidos. En lo sucesivo le llovieron los encargos y trabajó fundamentalmente en la capital de Illinois, donde recogió y llevó a sus últimas consecuencias los postulados de la escuela de Chicago.
En 1958-1959 puso broche de oro a su carrera con el famosísimo Seagram Building de Nueva York, del que se dice que es el rascacielos más hermoso en vidrio ahumado y aluminio, y la Neue Nationalgalerie de Berlín (1962-1968), con un pesado techo de acero que se apoya en pocas y delgadas columnas, con lo que adquieren todo el protagonismo las paredes de vidrio. Con esta obra, Mies van der Rohe se mantuvo en la línea de oponer el horizontalismo de sus obras arquitectónicas europeas al verticalismo predominante en las estadounidenses.
Marcel Breuer
Arquitecto y diseñador húngaro, uno de los principales maestros del movimiento moderno. Nació en Pécs, Hungría, el 21 de mayo de 1902. Estudió en la Bauhaus de Weimar, Alemania, en la época en que Walter Gropius dirigía esta escuela de diseño y arte donde catalizaron las ideas estéticas más importantes del movimiento moderno. Breuer se hizo cargo más tarde del taller de muebles de la Bauhaus, y allí diseñó la primera silla de tubo de acero de la historia, que combinaba las condiciones flexibles de este material con su facilidad para la producción industrial a gran escala. En 1928 se estableció en Berlín para dedicarse también a la arquitectura, como muestra el proyecto para la casa Harnischmacher (Wiesbaden, 1932), una vivienda modular construida en hormigón con estructura de acero. Con la llegada del partido nazi al poder Breuer tuvo que exiliarse, primero en Inglaterra (1933) y más tarde en Estados Unidos (1937). Allí, junto con Gropius, impartió clases en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Harvard, además de continuar su carrera arquitectónica con proyectos como el de su propia casa en Lincoln, Massachusetts (1939), donde utilizó materiales autóctonos. En 1946 abrió un estudio en Nueva York, donde proyectó, junto con el italiano Pier Luigi Nervi y el francés Bernard Zehrfuss, el nuevo edificio de la UNESCO en París. Entre sus obras más destacadas se encuentran el edificio de viviendas De Bijenkorf en Rotterdam (1961); el Centro de Investigación de IBM en La Garde, Francia (1962); el Museo Whitney de Arte Americano (Nueva York, 1966); y la iglesia de St John's Abbey en Collegeville, Minnesota (1967). Sus edificios se caracterizan por el empleo de materiales naturales, como grandes bloques de piedra sin pulimentar, madera u hormigón rugoso.
Mujeres de la Bauhaus
Que el estudio de la Bauhaus resulta imprescindible para comprender el arte (y mucho más que el arte) de nuestro tiempo, es indudable. Por eso ha sido tratada con tanta frecuencia y detalle.
En muchos de estos trabajos se destaca uno de los valores fundamentales de la escuela: su carácter progresista y avanzado tanto desde el punto de vista formal como, sobre todo, ideológico.
Sin embargo, hasta fechas recientes no se ha investigado un aspecto tan trascendental en la vida de la Bauhaus como es el del papel de las mujeres. El libro de Ulrike Müller Mujeres de la Bauhaus y, más parcialmente, la exposición del Barbican titulada Art as Life, se han encargado de comenzar a ocuparse del asunto y a recuperar las figuras de unas creadoras realmente extraordinarias: Eileen Gray, Anni Albers, Gunta Stölzl, Marianne Brandt, Margaret Dambeck Ernst Göhl, Margaret Leischner, Ljuba Monastirsky, Gertrude Dirks, Lisbeth Oestreicher, Otti Berger, Lilly Reich, Benita Otte, Marguerite Friedlaender-Wildehain, Ilse Fehling, Alma Siedhoff-Buscher...
En su origen, la Bauhaus se planteó como una escuela en la que, entre otras cosas, se evitaría la marginación hacia las alumnas (eran muchos los centros de enseñanza artística de la época que prohibían el acceso de las mujeres y otros muchos imponían unas tasas de matrícula superiores a las de los alumnos). Walter Gropius, en su condición de fundador y primer director de la Bauhaus, escribió que en la escuela "no habría diferencias entre el bello sexo, y el sexo fuerte".
Lo que no esperaban los rectores de la Bauhaus es que al abrirse la matrícula, fueran más las alumnas que los alumnos matriculados. Ante tal situación, adoptan una postura que evidencia un machismo alejado de las intenciones iniciales: reservan los talleres de pintura, escultura y, posteriormente, arquitectura, para los hombres. Las mujeres fueron derivadas hacia otros talleres que se consideran más "apropiados" para ellas: muebles, juguetes y, sobre todo, tejidos. El propio Gropius justificó esta actitud afirmando que las mujeres estaban más preparadas para el diseño en dos dimensiones, mientras que el diseño más complejo y espacial era más propio de los hombres.
Incluso hubo planteamientos más contrarios a la presencia activa de la mujer en la Bauhaus. Johannes Itten, uno de los maestros de taller considerados habitualmente como más radicales y modernos en sus planteamientos formales e ideológicos, se negó a tener alumnas por no considerarlas suficientemente capacitadas para seguir sus enseñanzas.
Así las cosas, la presencia de la mujer en la Bauhaus quedó reducida a ciertos talleres, a su presencia en las famosas fiestas de la escuela y, lo que es peor, a adoptar un papel secundario frente a los hombres. Sólo una mujer llegó a ser maestra en la Bauhaus, Gunta Stölzl, mientras que muchas de las creaciones que hoy sabemos que fueron realizadas por mujeres, se han atribuido tradicionalmente a sus profesores o compañeros hombres.
A lo largo de las próximas semanas, en Artecreha iremos tratando las figuras individuales de algunas de estas creadoras como forma de conocer más y mejor no sólo lo que fue la Bauhaus sino, sobre todo, el arte del siglo XX.
Anni Albers
El matrimonio Albers había formado parte de la escuela de la Bauhaus. Tras el cierre de la escuela en 1933 por el hostigamiento del poder nazi, Josef Albers (Bottrop, Alemania 1888 – New Haven, EE.UU., 1976) es uno de los primeros profesores de la Bauhaus en emigrar a Estados Unidos. Conocido por sus escritos sobre las teorías del color, continúa su labor docente, inseparable de su actividad artística, en prestigiosas instituciones como el Black Mountain College en Carolina del Norte. Por su parte, Anni Albers (Berlín, 1899 – Connecticut, EE.UU., 1994) es una de las artistas textiles más importantes del siglo XX, tras formarse en el taller de tejidos de la Bauhaus, donde contaba con maestros como Paul Klee.
Esta exposición se adentra en un aspecto muy concreto de la producción de los Albers, con obras que narran su devoción por las culturas prehispánicas en Latinoamérica, así como la enorme influencia que los catorce viajes realizados a México, Cuba, Perú y Chile entre 1934 y 1967, ejercieron en la obra y la vida de la pareja.
Entre los trabajos de Anni Albers, destacan los estudios preparatorios y tapices realizados en los años centrales de su carrera, donde se aprecia la influencia textil del Perú y México prehispánico. En Perú la artista encuentra una de las más altas culturas textiles conocidas, donde los hilos se cuentan entre los primeros transmisores de significado. Al cabo de una vida diseñando tejidos y tejiendo a mano, Anni Albers empezó a ensayar el grabado en los años sesenta, así como la creación de joyas, inspirada en el tesoro de Monte Albán (Oaxaca). En la exposición está presentes además algunas acuarelas y gouaches, muy influenciadas por su maestro Klee.
Entre 1936 y 1946 la pintura de Josef Albers pasó por una serie de transformaciones. Rupturas y cambios de dirección coincidieron con sus estancias prolongadas en México. Es clara la influencia de la arquitectura mexicana en numerosos dibujos y pinturas realizadas a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta, mientras sigue investigando en el color. Con su cámara de 35 mm., Josef Albers realizó miles de fotografías en los sitios prehispánicos de México y el Perú, con las que componía después montajes fotográficos. Estos montajes le servirán de cuadernos de apuntes y como modelos de estructuras tridimensionales, volúmenes y esquemas y representan un paso crucial en su proceso de destilación de las formas arquitectónicas mexicanas en escuetos motivos geométricos.